Los
padres se preocupan mucho y se decepcionan cuando su hijo tiene problemas en la
escuela. Hay muchas razones para el fracaso escolar, pero entre las más comunes
se encuentra específicamente la de los problemas del aprendizaje. El niño con
uno de estos problemas de aprendizaje suele ser muy inteligente y trata
arduamente de seguir las instrucciones al pie de la letra, de concentrarse y de
portarse bien en la escuela y en la casa. Sin embargo, a pesar de sus
esfuerzos, tiene mucha dificultad aprendiendo y no saca buenas notas. Algunos
niños con problemas de aprendizaje no pueden estarse quietos o prestar atención
en clase. Los problemas del aprendizaje afectan a un 15 porciento de los niños
de edad escolar.
La
teoría es que los problemas del aprendizaje están causados por algún problema
del sistema nervioso central que interfiere con la recepción, procesamiento o
comunicación de la información. Algunos niños con problemas del aprendizaje son
también hiperactivos, se distraen con facilidad y tienen una capacidad para
prestar atención muy corta.
Los
psiquiatras de niños y adolescentes nos aseguran que los problemas del
aprendizaje se pueden tratar, pero si no se detectan y se les da tratamiento
adecuado a edad temprana, sus efectos pueden ir aumentando y agravándose. Por
ejemplo, un niño que no aprende a sumar en la escuela primaria no podrá
aprender álgebra en la escuela secundaria. El niño, al esforzarse tanto por
aprender, se frustra y desarrolla problemas emocionales, como el de perder la
confianza en sí mismo con tantos fracasos. Algunos niños con problemas de
aprendizaje se portan mal en la escuela porque prefieren que los crean
"malos" a que los crean "estúpidos."
Los
padres deben estar conscientes de las señales que indican la presencia de un
problema de aprendizaje, si el niño:
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Tiene
dificultad entendiendo y siguiendo instrucciones;
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Tiene
dificultad recordando lo que se le acaba de decir;
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No
domina las destrezas básicas de lectura, escritura y matemática, por lo que
fracasa en el trabajo escolar;
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Tiene
dificultad distinguiendo entre la derecha y la izquierda, por ejemplo,
confundiendo el número 25 con el número 52, la "b" con la
"d", y "le" con "el";
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Le
falta coordinación al caminar, jugar deportes o llevar a cabo actividades
sencillas, tales como aguantar un lápiz o amarrarse el cabete del zapato;
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Fácilmente
se le pierden o extravían sus asignaciones, libros de la escuela y otros
artículos;
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Y no puede entender el concepto de tiempo, se confunde con "ayer",
"hoy" y "mañana."
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Tales
problemas merecen una evaluación comprensiva por un experto que pueda analizar
todos los diferentes factores que afectan al niño. Un psiquiatra de niños y
adolescentes puede ayudar a coordinar la evaluación y trabajar con
profesionales de la escuela y otros expertos para llevar a cabo la evaluación y
las pruebas escolásticas y así clarificar si existe un problema de aprendizaje.
Después
de hablar con el niño y la familia, de evaluar la situación, de revisar las
pruebas educativas y de consultar con la escuela, el psiquiatra de niños y
adolescentes hará recomendaciones sobre dónde colocar al niño en la escuela, la
necesidad de ayudas especiales, tales como terapia de educación especial o la
terapia del habla y los pasos que deben seguir los padres para asistir al niño
para lograr el máximo de su potencial de aprendizaje. Algunas veces se
recomienda psicoterapia individual o de familia y algunas veces se recetan
medicamentos para la hiperactividad o para la distracción. Es importante
reforzar la confianza del niño en sí mismo, tan vital para un desarrollo
saludable, y también ayudar a padres y a otros miembros de la familia a que entiendan
y puedan hacer frente a las realidades de vivir con un niño con problemas de
aprendizaje.